Llevamos más de diez días de navegación y continuamos con toda la vela arriba, nunca tuve oportunidad de navegar con vientos portantes durante tantos días… no me había visto nunca en una así jajajaaa, soy un puto ceñidor que a menudo tiene el viento y la ola en contra, y de morro… estoy encantado con esto, me gustaaa toodooo!! Agradecido a la mar que me da todo esto!

Con las millas navegadas caen los libros leídos, las partidas de cartas y las horas entre la inmensidad de agua azul, los peces voladores, los que pescamos y algunos delfines… pocos. Hemos hecho más de 2.900 millas náuticas desde que salimos y cada vez estamos más cerca de nuestro próximo destino, Martinica, una isla caribeña famosa, provincia y colonia francesa… tengo mucha curiosidad por verla, huele ya a tierraaa. En el barco hay ganas de llegar.

Nuestro amigo el pescador hoy ha dado en la diana! Jode pedazo de atún, vaya ejemplar!! Hay pelea entre uno y otro, Alfonso se debate con fuerza y pelea, el atún también… lucha, lucha por su vida, se vende caro. Tras más de media hora, cede, o eso parece. Viene bien enganchado y lo atrapamos en nuestras redes… gancho en las agallas y ya es nuestro. 

La pesca sube el ánimo, provoca alegría y todo gira después en torno a una suculenta comida con la mejor materia prima del mundo, pescado fresco. Un buen motivo para descorchar vino español, disfrutar del momento y DAR GRACIAS a la vida… al cielo, al gran espíritu, en mayúsculas. Seguimos rumbo, disfrutando de estos regalos del mar y de la vida que nos sonríe en estos momentos. 

Buen viento, buen tiempo, buena mar, sin percances ni averías, gratitud infinita… ¡¡»todo avante»!!